¿Qué diferencia hay entre una alergia alimentaria y una intolerancia?

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) estima que, en España, entre el 1% y 3% de la población adulta, sufre «consecuencias adversas para la salud como resultado del consumo de determinados alimentos o ingredientes alimentarios».

Muchas personas no pueden tomar gluten ni ciertos componentes como la lactosa o la fructosa. Según los expertos cada vez se descubren más casos de alergias e intolerancias alimentarias. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) informa que en 1992 las consultas por alergias alimentarias representaban el 3,6%, pero en 2015 estas consultas alcanzaron el 11,4%.

«Las causas de este aumento en el número de casos no están claras. Pero todo apunta a que el cambio en el estilo de vida de las personas, cada vez más sedentario, el uso abusivo de antibióticos, junto a la baja calidad nutricional de la dieta y el poco contacto con la naturaleza, están siendo determinantes», explica la Nutricionista Laura Saavedra Casanova.

Pero debemos diferenciar una alergia de una intolerancia, porque no son lo mismo. Una alergia alimentaria es una reacción inmunológica, a los pocos minutos de ingerir un determinado alimento. Esta reacción puede surgir por consumir determinadas proteínas alimentarias que pueden estar presentes en la leche de vaca, los huevos, frutos secos y semillas, cacahuetes, frutas, verduras, legumbres, pescados o el marisco.

El diagnóstico se basa en medición de los niveles de inmunoglobinas en sangre y test cutáneos. Las personas que sufren alergias alimentarias pueden tener los siguientes síntomas: mucosidad, dificultad para respirar, dermatitis, dolor de tripa o diarrea. Si estos síntomas no se controlan, existe la posibilidad de que se produzca una reacción inmunitaria grave que requiere atención médica.

El tratamiento consiste en usar técnicas de inmunoterapia para poder reintroducir determinados alimentos en la dieta. Para evitar una reacción alérgica es recomendable que se cocine primero la comida del alérgico y limpiar bien todas las superficies en las que se vaya a preparar los alimentos.

¿Qué es una intolerancia alimentaria?

Los expertos explican que la intolerancia se debe a una carencia de enzimas digestivas, no pudiendo asimilar ciertos azúcares (lactosa, fructosa, sacarosa), proteínas (gluten) o aminas (histamina, tiramina). «También pueden ser consecuencia de una mayor sensibilidad alimentaria, que consiste en reacciones menores y no alérgicas a aditivos alimentarios o a sustancias químicas de presentes de forma natural en los alimentos», dice la nutricionista.

Desde el Mundo explican que «si una persona sufre de intolerancia a la lactosa, puede tener síntomas pocas horas después de consumir leche o productos lácteos u otros alimentos que contienen lactosa. Los síntomas pueden incluir hinchazón o distensión abdominal, diarrea, gases, náuseas, dolor en el abdomen, «gruñidos» o ruidos estomacales, vómitos».

Las personas con enfermedad celíaca, no pueden tomar aquellos alimentos que contienen gluten o que tengan gluten en su composición. Los pacientes con esta patología deben evitar el consumo de todos los derivados del trigo, la cebada, el centeno, espelta, triticale y ciertas variedades de avena. También es aconsejable evitar los embutidos porque pueden contener gluten.

El gluten es una proteína que da volumen a la masa de pan y se utiliza en pastelería o panadería como aglutinante. Pero no deberías quitar el gluten de tu dieta si no eres celíaco, porque algunos estudios han comprobado que esta proteína es beneficiosa para la presión arterial y reduce los triglicéridos.
Ya sabemos que la alergia alimentaria activa el sistema inmunitario, pero la intolerancia afecta al sistema gastrointestinal.

Los profesionales de Alyan salud, especialistas en patologías digestivas, nos explican los síntomas de la intolerancia:

-Diarrea.

-Dolores abdominales.

-Pérdida de peso.

-Gases.

-Fatiga.

-Dolores de cabeza.

-Dolor articular.

Si crees que sufres una alergia o intolerancia alimentaria, debes consultar a un médico especializado en patologías digestivas, para poder tener un diagnóstico seguro. También se recomienda elaborar un diario dietético para anotar lo que se come. Es importante leer siempre las etiquetas de los productos antes de comprarlos.

Muchas intolerancias mejoran o desaparecen, pero hay causas externas que provocan el desarrollo de esta patología. Varios estudios han descubierto que una dieta desequilibrada afecta al desarrollo de intolerancias. Las comidas procesadas también aumentan el riesgo de padecer esta afección, porque contienen moléculas artificiales. Incluso, los excesos de comida basura pueden provocar intolerancia.

Según los expertos los test de intolerancias alimentarias o sensibilidad a los alimentos no cuentan con evidencia científica. La Sociedad Canadiense de Alergia e Inmunología Clínica (CSACI) y la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) desaconsejan estas pruebas por su falta de evidencia. Lo mejor es buscar un especialista en patologías digestivas, porque la intolerancia puede empeorar mucho la calidad de vida de quienes la sufren.

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