En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y el impacto ambiental que ocasionan nuestras compras, cada vez es más evidente que los productos ecológicos están ganando bastante popularidad; sin embargo, si preguntas a las personas, la mayoría de ellos no tienen ni idea de qué son exactamente y por qué son mejores.
Así es. Todo el mundo los menciona y los ve como la mejor opción frente a otros más “nocivos”, pero, ¿acaso todos saben en qué consisten exactamente y qué les diferencia de los demás productos? ¿Entienden cómo se originan, qué duración tienen o cómo se reciclan este tipo de productos?
Esta desinformación hace que muchas personas no se muestren convencidas del todo o no sepan exactamente en qué consisten este tipo de productos, confundiendo términos que a veces pueden ser perjudiciales para el mismo acto de cuidar el medio ambiente. Por eso hemos creado esta guía, para poder averiguar todo lo necesario y poder entender más acerca de los productos ecológicos ¡No te la pierdas!
¿Qué son los productos ecológicos?
Empecemos por entender lo básico:
Los productos ecológicos son aquellos que se producen siguiendo principios y prácticas respetuosas con el medio ambiente, tanto en su producción como en su uso final. Estos productos están elaborados de manera que reducen el impacto ambiental y garantizan que no se utilicen sustancias o métodos que perjudiquen a la naturaleza o a la salud humana. El término «ecológico» engloba una serie de prácticas agrícolas, industriales y comerciales que tienen en cuenta factores como el uso de productos químicos, el impacto de la producción, el bienestar animal y la conservación de los recursos naturales.
Así que, respondiendo a la pregunta de si cualquier producto puede ser ecológico reciclándolo o algo así, la respuesta es “no”. Los productos ecológicos se designan así por una serie de procesos que vamos a ver a continuación.
¿Cómo llega a ser ecológico un producto?
Como íbamos diciendo, para que un producto sea considerado ecológico, debe cumplir con una serie de normas y certificaciones que aseguren que su proceso de fabricación, distribución y consumo es sostenible.
Algunas de las características que deben tener los productos ecológicos son las siguientes:
- Certificación ecológica.
Uno de los aspectos fundamentales de un producto ecológico es que está certificado por una entidad reconocida que garantiza que se han seguido los procedimientos adecuados. En la Unión Europea, por ejemplo, los productos ecológicos deben contar con el logo europeo de agricultura ecológica para ser comercializados como tales. Esto asegura que el producto ha sido cultivado sin el uso de pesticidas químicos, fertilizantes sintéticos ni organismos genéticamente modificados (OGM). La certificación ecológica también puede abarcar la producción de alimentos, productos cosméticos, textiles, entre otros.
- Métodos de producción sostenibles.
La producción de productos ecológicos sigue prácticas que promueven la sostenibilidad. En la agricultura, por ejemplo, se evita el uso de pesticidas y fertilizantes artificiales, y se opta por técnicas como la rotación de cultivos y el compostaje para enriquecer el suelo de manera natural. Asimismo, en la industria textil, los productos ecológicos se producen con materiales orgánicos como algodón, lino o cáñamo, cultivados sin productos químicos.
- Cuidado con los recursos naturales.
Un producto ecológico también se caracteriza por el respeto a los recursos naturales, lo cual quiere decir que se debe hacer un uso inteligente del agua, la energía y las materias primas, evitando la sobreexplotación de los ecosistemas y minimizando la huella de carbono del proceso de producción.
¿Qué tipo de productos no son considerados ecológicos?
Aunque muchos productos pueden parecer ecológicos, no todos cumplen con los estándares necesarios, como has podido comprobar.
Si sigue sin quedarte claro, no te preocupes: a continuación, podrás ver qué cosas no definen a un producto como ecológico:
- Productos creados a partir del uso de pesticidas y fertilizantes químicos.
Un producto que ha sido cultivado o fabricado con pesticidas y fertilizantes sintéticos no puede ser ecológico. Estos productos afectan negativamente al medio ambiente, al suelo y a la biodiversidad, por lo que son incompatibles con los principios de la agricultura ecológica.
- Productos transgénicos.
Como aclaramos antes, aquellos productos que contienen organismos genéticamente modificados (OGM) no pueden ser ecológicos, ya que el uso de OGM está prohibido en la agricultura ecológica debido a su impacto potencial en la biodiversidad y en los ecosistemas naturales.
- Derivados a causa de prácticas d maltrato animal.
Los productos derivados de animales que provienen de granjas industriales donde los animales están hacinados, son alimentados con productos sintéticos o se crían sin las condiciones adecuadas de bienestar, no pueden ser considerados ecológicos, ya que el bienestar animal es uno de los pilares de la producción ecológica.
- Excesivo uso de plásticos y envases no reciclables.
El uso de plásticos no reciclables en el empaquetado de productos ecológicos es un problema, ya que la filosofía ecológica también aboga por el uso responsable de los recursos y la reducción de residuos. Por lo tanto, los productos ecológicos no deben generar una huella ambiental negativa a través de su empaque.
Los productos más peligrosos para el medio ambiente.
¿Cuáles son los productos que todos usamos con bastante frecuencia (prácticamente a diario) y que deberían ser sustituidos por productos obtenidos a base de prácticas sostenibles? Sobre todo, los productos de aseo, envasado y alimentación, los cuáles están fabricados en su gran mayoría a raíz de materiales nocivos, como el plástico.
Dentro de todo este contexto, los productos que más amenazan el medio ambiente son los desechables: los vasos de los cafés, las botellas de agua, los cubiertos para comer, etc. Estos productos son literalmente de usar y tirar, al igual que las toallitas, las compresas y otros muchos productos, y su uso desmedido supone una gran amenaza para el medio ambiente. Afortunadamente, existe una solución que nos propone Chiwawap: convertir toda esta gama de productos, en productos desechables ecológicos.
Esta es una de las medidas que podemos tener en cuenta para poder ayudar a que el planeta respire mucho mejor, y como hemos podido comprobar, una vez más lleva el sello de producto ecológico en su descripción. Como ves, el uso de productos ecológicos es mucho más complejo de lo que todos pensamos, y también mucho más útil de lo que se sabe en gran medida. De hecho, estos productos esconden mucha información interesante que puede hacer que los amemos mucho más ¡Sigue leyendo!
Durabilidad, resistencia y longevidad.
Un aspecto que preocupa a muchos consumidores es la durabilidad y resistencia de los productos ecológicos. En general, los productos ecológicos tienden a ser de mejor calidad, ya que su producción se enfoca en el uso de materiales naturales y procesos que favorecen la longevidad. Esto se aplica tanto a la ropa como a los productos para el hogar. Por ejemplo, un producto ecológico de algodón, aunque pueda tener un precio superior, suele ser más duradero y resistente que uno producido con materiales sintéticos que no permiten la transpiración ni son tan duraderos.
Además, los productos ecológicos suelen estar diseñados para ser reutilizables o reciclables, lo que contribuye a su durabilidad. Por ejemplo, muchos productos cosméticos ecológicos vienen en envases reciclables, lo que ayuda a reducir el impacto ambiental.
Entonces, ¿Qué ocurre con algunos productos ecológicos que son tachados de “productos de corta duración”? Bueno, lo que ocurre aquí es que no estamos hablando de productos que se puedan usar y reutilizar en varias vidas, si no de productos alimentarios. Éstos sí que tienen una corta duración en comparación con un producto ecológico como un cepillo de dientes, un mueble o un pijama: no tienen conservantes ni aditivos que se consideran nocivos, y por eso duran menos. Pero los objetos en sí mismos si gozan de una buena durabilidad ¡Y resistencia! Así que una vez más, podemos comprender más este tipo de productos y desmentir una creencia que muchas personas desinformadas afirman sin más.
Reciclable no es ecológico.
No queremos acabar, sin antes aclarar un concepto: un producto que se recicla, no es un producto ecológico en sí mismo.
Podemos decir que sí, que un producto que se puede reciclar y tener varias vidas, es un producto que ayuda al medio ambiente y que contribuye a una economía circular, como, por ejemplo, una prenda de ropa; en lugar de tirarla a la basura sin más, la donamos, la vendemos en mercados de segunda mano y contribuimos a un uso más responsable de la misma. Lo mismo ocurre con una manta o una lámpara que decidimos reciclar para hacer otro uso eficiente de la misma, dándole un nuevo aspecto o aprovechando sus recursos naturales: sin embargo, los productos ecológicos son diferentes, como hemos visto.
Éstos tienen que pasar por varios procesos de selección y provienen de usos más responsables a la hora de ser creados, así que, aunque los dos tipos de productos sean beneficiosos ¡No son lo mismo! Sin embargo, queremos que te quedes con esta conclusión: los productos ecológicos no solo son mejores para el planeta, sino también para nuestra salud, y, aunque en algunos casos puedan ser más caros, su durabilidad y resistencia compensan la inversión.