En los años de bonanza económica, era bastante común que las familias se compraran segundas residencias, pues no solo la economía lo permitía, sino que además la Ley otorgaba beneficios fiscales, a través de las conocidas deducciones por segunda vivienda. Con la llegada de la crisis y el posterior Gobierno del Partido Popular liderado por Mariano Rajoy, se eliminó esta deducción, lo que fue otro clavo para que se dejaran de vender viviendas.
Con el paso de los años hemos visto como hemos salido de esta situación en la que vender una casa era tan difícil como ver a un político cometer un error. De hecho, la tradición de la segunda vivienda habitual en España nos sitúa como un país en donde uno de cada tres hogares dispone de una segunda residencia.
Y no es para menos, pues en España tenemos unas condiciones climáticas variadas que nos permiten disfrutar del clima contrario al que normalmente solemos tener. De esta manera, una familia que vive en el centro o norte de la Península suele tener una vivienda en el sur o suroeste de la península, pues el clima Mediterráneo de sol y playa es un aliciente para poder pasar los veranos de manera diferente.
Pero lo cierto es que, aunque la situación económica ha mejorado considerablemente y con ella el aumento de la venta de viviendas, seguimos teniendo que repensar la compra de una vivienda (de nueva construcción o de segunda mano). Pues hay que pensar que comprar una vivienda no es solo pagar el precio de la compraventa, sino que hay que pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles, el coste de notaría, registrador, gestoría, por no hablar de los costes de los suministros y de los seguros. Además, si la compra se realiza a través de un préstamo hipotecario hay que sumar los gastos de constitución de hipoteca y el impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que tras la jurisprudencia del Tribunal Supremo, debe de repercutirse en el comprador y no en la entidad bancaria.
Denia, uno de los lugares dónde abundan las segundas residencias
Como comentamos, los lugares cercanos a la costa son los más elegidos por los compradores, si bien a la hora de comprar suele elegirse más bien por el valor de mercado de las propiedades, que por la zona en específico. Aquí depende mucho el fin con el que se compra la vivienda. Pues por un lado, hay gente que compra la vivienda con el único objetivo de disfrutarla, y hay inversores que buscan sacar una rentabilidad a la vivienda a un medio o largo plazo, ya sea mediante la venta o a través de los tan criticados arrendamientos turísticos.
Respecto a los lugares que destacan como puntos rojos en el mapa a la hora de comprar una vivienda tenemos a Málaga y Alicante, con cinco municipios en cada una. No es de extrañar que estos lugares sean los más destacados para adquirir una vivienda pues en ambas provincias encontramos lugares de película que te dejan boquiabiertos.
Personalmente recuerdo mucho las vacaciones de verano que pasaba en Denia con mis padres. De hecho las recuerdo tanto que cuando tuve la oportunidad de comprar una segunda vivienda lo hice, en gran parte gracias a la ayuda de Romer Playa, una inmobiliaria dónde te ayudarán la mejor propiedad para ti, y que actualmente están centrados en la gestión de alquileres de todo tipo de alojamientos.
El estado actual del mercado de costa
Tal y como comentábamos al principio de este artículo, con la crisis se redujo de forma considerable la compra de viviendas en las localidades de costa. En la actualidad este mercado se ha recuperado de forma progresiva, y prueba de ello es que en el último año el precio de la vivienda se ha incrementado en más de 104 localidades de costa.
Pero existen algunos sitios dónde todavía no se ve esta recuperación, y entre algunas localidades encontramos Girona, Almería o A Coruña. Pero también tenemos mercados dónde los precios han crecido considerablemente, como puede ser las grandes ciudades, Barcelona y Madrid.
Para acabar, hay que mencionar que si quieres comprar una propiedad a un precio competitivo, debes de esperar a la oportunidad adecuada, de lo contrario puede que compres por encima del precio de mercado, lo que no te permitirá recuperar la inversión o obtener beneficios.