Una empresa necesita que el público conecte con ella, no solamente por sus productos o servicios, sino porque la imagen que perciben los usuarios, sea atractiva y sobre todo, que se quede rápidamente en la memoria; para ello se debe contar con la figura de un Diseñador Gráfico.
En primera instancia y antes de hablar de la importancia de un diseñador gráfico, debemos empezar por comprender qué es el diseño gráfico, para qué sirve y qué es, de manera que tengamos una idea general de la función del profesional.
El diseño gráfico se trata de una amplia disciplina que interactúa con muchas otras y que, a su vez, funciona de manera autónoma. En líneas generales podría resumirse la tarea principal de este ámbito como todo aquello que permite dar a conocer y publicitar productos, servicios y marcas. Así bien, podemos entender que el diseño gráfico es todo aquello que comunica un mensaje visual. Así, su máxima es obtener manifestaciones o mensajes gráficos.
Partiendo de esta premisa, el diseño gráfico les permite a las empresas plasmar sus ideas, mensajes y productos, o dicho de otra manera, es la disciplina que permite transmitir la identidad corporativa de una marca o de un producto. Podríamos decir entonces que una de las disciplinas con las que más relación tiene es con la de la comunicación corporativa.
Pensando en ello se puede intuir cuales son las funciones de los diseñadores. Sin embargo, para entender más a profundidad la figura que representa, hemos conversado con Empacke, empresa dedicada a darle imagen a diferentes marcas, quienes nos hablarán de todo lo relacionado a las almas creativas de todo negocio.
¿Qué hace un diseñador gráfico?
Un diseñador gráfico es mucho más que un profesional con conocimientos técnicos suficientes para crear imágenes, este tiene que ir mucho más allá y explotar su creatividad para lograr componer una imagen corporativa seductora, distinta y siempre coherente con los productos o servicios que ofrece la empresa. En resumen, aunar conocimientos, conceptos y objetivos para consolidar una marca.
Un diseñador gráfico ha de tener experiencia en el tratamiento de imágenes tanto a nivel físico como digital. Además, tiene que ser capaz de crear una imagen corporativa que se adapte a la perfección y que no rompa el estilo, tanto si se trata de imprimir un documento con el logo de la empresa como cuando se lleva al mundo online en su página web y sus redes sociales, pues sin importar el formato en que esta llegue al cliente, debe ser fácilmente reconocible.
Como mencionamos antes, el diseñador gráfico utiliza todos sus conocimientos para poder darle a la empresa una imagen con la que el cliente pueda conectar y para ello debe tomar en cuenta una serie de elementos fundamentales que ayudarán a definir todos los lineamientos gráficos, en función de las necesidades propias de la empresa y del tipo de cliente al que se quiere llegar. Esos elementos son los siguientes:
- Edad
- Sexo
- Público deseado al que se quiere llegar
- Producto o servicio que se ofrece
- Nivel socio cultural del target
- Necesidades del público objetivo
- Soluciones que ofrecerá el producto o servicio
Teniendo todos estos elementos en la mano, se debe comenzar a plantear el tipo de mensaje comunicacional que quiere darse, es decir, se buscan conceptos y lugares de pensamientos que contribuyan a la formación de una idea a transmitir. Estos se ajustan a las situaciones y propósitos del proyecto y se generan una serie de imágenes comunicativas, las cuales serán el resultado de la creatividad del diseñador.
Para generalizar, el diseñador gráfico es aquel que le da la cara al producto o servicio, pues estos deben llegar al público de una manera que llame la atención del cliente, de otra manera, no importa que tan bueno sea lo que la empresa ofrezca, no calará en el público si no hay algo que lo atraiga a él.
¿Por qué se debe contar con un diseñador gráfico?
Ya hemos hablado de lo que hace un diseñador gráfico y cómo usa todo su conocimiento para darle cara y forma a una empresa, trabajando en crear una comunicación visual que atraiga al cliente o aliado comercial. Sin embargo, estas no son sus únicas funciones.
Las ventajas de tener a un diseñador trabajando mano a mano con la empresa son las siguientes:
- El diseñador ayuda a crear la identidad y representación de la marca con símbolos que se relacionen con la misión y la visión de la empresa. Solo las marcas que son capaces de crear una personalidad propia logran que su audiencia se identifique con ellas. Además, una imagen de marca fuerte generará confianza entre los consumidores y, esta imagen, comienza a proyectarse con el diseño gráfico.
- El diseñador puede crear los contenidos de comunicación adecuados para captar la atención del cliente en diferentes plataformas comunicativas, ya sea en prensa escrita, páginas webs o redes sociales, además un diseñador cuenta con unos conocimientos sobre programas de edición que normalmente solo aquellas personas que estudian diseño, conocen.
- Son capaces de saber qué cosas pueden llegar a tener una buena repercusión y cuáles pueden crear polémica. Su conocimiento les da herramientas para entender cómo pueden verse ciertas imágenes según el ojo común, evitando así conflictos que puedan darle una percepción errada al público. Y es que en esta época en la que es fácil volverse viral por las razones equivocadas, las empresas deben tener mucho cuidado a la hora de crear contenido audiovisual, por ello es fundamental que un diseñador esté detrás de todo aquel material que saldrá al público.
- Es el único profesional que sabe cómo hacer para que nuestro producto llame la atención frente a otros que hay en el mercado. La competencia en todos los rubros es inmensa, por lo que la diferencia no la hará en sí misma el producto o servicio, sino cómo llega este a las manos del cliente y el diseñador es el ideal para lograr que la mirada de los potenciales usuarios caigan en nuestro negocio gracias a su imagen. A medida que los clientes o aliados comerciales conecten con la imagen que una empresa está mostrando, los consumidores escogen a la marca que más recuerden y por lo general esos recuerdos vienen ligado a las imágenes y sensaciones producidas por el diseño que rodea a la marca.
- Por último, pero no menos importante, al contar con un diseñador gráfico profesional, ya sea dentro de la plantilla o en remoto, le da confianza a los clientes. Esto se debe a que una imagen de marca profesional transmite confianza a todos aquellos que quieran hacer algún tipo de negocio con nosotros, ya sean clientes o aliados comerciales. Esta confianza se gana con el tiempo y mantiene viva una imagen de cara al público que demuestra que la empresa sigue estando a la mano, sigue trabajando y sigue innovando, de la mano con el contacto constante con sus usuarios y buscando siempre acercarse a ellos.
Un buen diseño gráfico creado por un buen diseñador, no sólo permitirá aumentar el número de ventas en tu empresa, también podrá mejorar la lealtad de tus trabajadores hacia la marca, en este sentido, es importante no solamente cuidar a los clientes y aliados comerciales, sino a toda la plantilla que labora en la empresa.
Una imagen que demuestre los valores de la empresa y que haga a sus trabajadores partícipes y embajadores de la misma, es un negocio que logrará mantenerlos en ella, no sólo por los beneficios económicos que esta pueda ofrecer, sino porque logra hacer sentir al trabajador importante dentro de la organización.
Cuando el equipo humano de una empresa se sienta en sus respectivos puestos de trabajo o escritorios y comienzan la jornada laboral, necesitan estar concentrados para dar lo mejor de sí mismos a la empresa, es por ello que los interiores y los materiales de trabajo que mantienen una imagen homogénea ayudan a que nuestros trabajadores crean en nuestra marca y trabajen por su futuro. Tenemos que diseñar sus espacios de trabajo pensando en el bienestar de nuestros trabajadores y mantenerlos felices, solo así se garantizará un buen funcionamiento de la organización del trabajo con la que llegar al éxito.
Hoy en día, el diseño gráfico ha adquirido una gran importancia en el mundo empresarial hasta el punto de determinar el éxito o fracaso de una empresa. No es suficiente considerar únicamente lo estético, más bien, es primordial centrarse en la comunicación hacia las personas, especialmente, hacia los posibles clientes, quienes verán en el diseño la tarjeta de presentación de la empresa.
Es por ello que la figura del diseñador gráfico es fundamental dentro de cualquier empresa que quiera no solamente ganar clientes y aliados comerciales, sino conservarlos en tiempo comunicándose con ellos de una forma que sencilla, orgánica y ligera, y esto solo puede lograrse cuando hay detrás un profesional creativo que enfoca todos sus conocimientos en darle la imagen correcta a productos o servicios.