La piel es el órgano más grande que tenemos en el cuerpo y claramente, es el que recibe más maltrato, tanto por los elementos naturales como el calor, frío, o por lo que nosotros le provocamos voluntaria o involuntariamente; cosas como los golpes, el uso de productos dañinos, el maquillaje, entre muchos otros, son factores que progresivamente van haciéndole daño a nuestra piel.
El rostro es uno de los espacios del cuerpo que más se reciente, ya que por lo general, es el que pasa más tiempo en contacto con los elementos sin capas que lo puedan proteger. Atender el cuidado de esta zona, es fundamental en la prevención de enfermedades de la piel, así como también por un tema de imagen y de percepción personal. Si como individuos nos sentimos cómodos con nosotros mismos, la imagen que proyectaremos será mucho mejor, y tener la piel del rostro limpia y agradable, es una buena carta de presentación.
Para poder crear una buena rutina de cuidado facial, sin importar si se trata de hombres y mujeres, es fundamental saber cual es el tipo de piel que tenemos y qué necesitamos para atenderla, ya que no todas las pieles son iguales, por lo que los cuidados que se debe prestar a cada piel deben ser acordes a sus peculiaridades. Para entender mejor de qué hablamos, hemos enlistado los tipos de pieles de la siguiente manera:
- Piel Normal: es un término de amplio uso para referirse a una piel en buen equilibrio. Se caracteriza por tener la zona T (la frente, la barbilla y la nariz) un poco grasosa, pero en general el sebo y la hidratación están en equilibrio. Lo que significa que la piel está nivelada entre ambos. Una piel normal tiene poros finos, textura aterciopelada, suave y lisa, buena circulación sanguínea, ausencia de impurezas y transparencias uniformes de color rosado, fresco.
- Piel Seca: se utiliza para describir un tipo de piel que produce menos sebo que la piel normal, esto trae como consecuencia que la piel carezca de los lípidos que necesita para retener humedad y formar un escudo protector frente a los elementos externos. La piel seca existe en grados de intensidad variables y en formas diferentes que no siempre pueden distinguirse claramente entre sí. Las diferencias se suelen poder distinguir de la siguiente manera:
- Piel seca: puede percibirse tirante, frágil y áspera y tiene un aspecto apagado. La elasticidad cutánea es también débil.
- Piel muy seca: si la sequedad no es tratada, la piel puede presentar descamación leve o consistencia laminosa, sensación de tirantez, posible picor, aspecto áspero o lleno de manchas (en ocasiones parece envejecida prematuramente).
- Piel Grasa: este término se utiliza para describir un tipo de piel con producción acrecentada de sebo. Cierto número de situaciones desencadenan la hiperproducción de sebo: cambios y desequilibrios hormonales, genética, estrés, medicación, o cosméticos que causan irritación.
- Piel Mixta: Se caracteriza por una zona T grasa y mejillas más secas. Esta combinación indica la presencia de la llamada piel mixta. En este tipo de piel se puede observar mejillas entre normales y secas, zona T grasa (frente, mentón y nariz), poros agrandados en esta zona, tal vez con algunas impurezas.
¿Qué se necesita para tener una buena rutina de cuidado facial?
Muchas personas no llevan rutinas de cuidado facial porque consideran que son demasiado complicadas, cuando la verdad es que tener este tipo de rutinas, es sencillo y tiene muchos beneficios. Según los profesionales de Medyzon, no todas las rutinas tienen que involucrar múltiples medicamentos o productos. Lo primordial es seguir las siguientes recomendaciones:
- La limpieza: Este aspecto es fundamental pues sirve para eliminar sudor, las impurezas y otros residuos, mientras permite que la piel se perciba limpia y aporta sensación de bienestar. Si bien es cierto que con las duchas diarias mantenemos una higiene optima, es importante utilizar jabones de PH neutro, especialmente para la limpieza del rostro. En lo que se refiere a esponjas, la mejor recomendación es que estas sean naturales. El secado debe ser dando pequeños golpecitos, no frotando; ya que, si se frota, se pierde humedad.
- Exfoliación: Incorporar esto a nuestras rutinas de higiene diaria, es una buena opción ya que además de barrer con células muertas, suciedad y otros residuos, ayuda a abrir los poros, de manera que esta se prepare para aceptar los productos hidratantes. En este caso no es necesario hacerlo todos los días, la recomendación es hacerlo una o dos veces a la semana, por todo el cuerpo, no solamente en el rostro.
- Hidratación: Este si es un punto que debemos hacer constantemente, especialmente en zonas como los codos, rodillas y talones. La hidratación es fundamental para mantener la piel de todo el cuerpo protegida. En relación a la hidratación de la zona facial, los productos a adquirir dependen del tipo de piel que se tenga.
- Protección: Un error bastante común que suele cometerse es creer que sólo durante el verano debemos usar protección en el rostro y en el resto del cuerpo. Esto debe ser una rutina, ya que muchas lesiones de la piel, son producto de los rayos del sol. La protección del rostro es fundamental porque como la piel del cuerpo está menos expuesta a la agresión de los rayos UV que la de la cara, cuando se enfrenta al sol resulta más vulnerable. El sol no es lo único que puede dañar la piel, elementos como el consumo de tabaco, la contaminación, el estrés, una mala alimentación pueden generar problemas de la piel, por lo que hay que buscar a manera de minimizar esos efectos negativos con una buena rutina de cuidado facial. Como hay elementos de los que no tenemos control –como la contaminación o estrés-, la mejor recomendación es al llegar a casa y lavar bien la cara para eliminar la suciedad.
Como podemos ver, crear una rutina de cuidado facial no es tan complicado, ni implica una gran inversión de tiempo y de dinero. Lo que realmente se necesita es un par de minutos antes de dormir y al levantarnos. Ahora bien, las rutinas de cuidado facial tienen mejores resultados si se compaginan con elementos de la vida diaria como:
- Hacer ejercicio físico: Es muy frecuente que muchas personas piensen que esto no tiene relación con el cuidado de la piel, sin embargo, es fundamental entender que el ejercicio físico es un factor influyente tanto en la salud como en la belleza de la piel. Este hábito es necesario para que nuestra regeneración celular sea positiva, gracias a una mejor circulación y proceso de oxigenación.
- Consumir frutas y vegetales: Las frutas y vegetales frescos son alimentos que le ofrecen muchos beneficios a la piel, esto se debe a que representan una de las mayores fuentes de sustancias antioxidantes en la naturaleza. Es evidente que su consumo se debe acompañar con una dieta saludable que incluya todos los grupos alimenticos, se recomienda la ingesta de frutas y vegetales por lo menos en 5 porciones al día ya que de esta manera se obtienen sus nutrientes y beneficios. Estos son alimentos muy versátiles que permiten su consumo crudo tanto en zumos como en ensaladas, lo que ayuda con el aprovechamiento de las propiedades que ofrece en relación a la belleza de la piel.
- Incrementar el consumo de agua: El consumo diario de agua es un hábito saludable que mejora el estado de la piel, no solo porque mantiene los niveles de hidratación adecuados, sino porque trabaja para reducir la presencia de toxinas y agentes dañinos en el organismo. El agua apoya los procesos que se encargan de filtrar la sangre, mientras ayuda a remover los agentes nocivos para la piel.
- Dormir: Tener una buena rutina de sueño es fundamental para el cuidado de la piel pues si se descansa durante el tiempo suficiente esto ayuda a prevenir significativamente los signos de la edad, lo que se traduce en una piel más sana. Por ello, es muy importante darle al sueño la importancia que tiene, no solo en lo que respecta a la belleza facial, sino a nivel de salud integral.
Otro punto importante es que sí se utiliza maquillaje de forma constante, este debe retirarse del todo antes de dormir, ya que si bien es cierto que el maquillaje resalta los rasgos faciales y ayuda a embellecer el rostro en todo tipo de ocasiones, retirarlo es fundamental ya que sus compuestos químicos pueden provocarle agresiones a la piel y ocasionar envejecimiento prematuro.
El cuidado de la piel, como mencionamos al inicio, es fundamental puesto que es el órgano más grande de nuestro cuerpo y aunque pareciera fuerte y resistente, necesita de nuestra ayuda para poder mantenerse sano, para ello es fundamental estar muy atentos a los cambios que podamos encontrar y mencionárselo siempre a nuestros médicos de cabecera.
Los problemas de la piel a veces no son fáciles de identificar, por lo que se recomienda que ante cualquier cambio abrupto se asista a los profesionales dermatológicos para que puedan evaluarlo.