Residencias geriátricas: la única solución para miles de ancianos españoles

España es un país que presenta unas características que cada día son más concretas y que definen nuestro modo de vida. Una de ellas tiene que ver con la edad que tienen de media los españoles y que se ha elevado de manera exponencial en los últimos años. En efecto, cada día es más evidente que la población de este país se encuentra envejecida y que la nómina de servicios que es necesaria para paliar las necesidades de un grupo como el de la tercera edad es con el paso de los años más y más grande. Seguro que al mirar a vuestro alrededor os habréis dado cuenta de ello.

Lo que ocurre en España no es diferente a lo que está pasando en la mayoría de países occidentales y desarrollados. Alemania, Francia o Gran Bretaña se encuentran en situaciones similares e incluso peores que la nuestra. El modo de vida que tenemos en este tipo de países, en el que se pasan muchas horas al día fuera de casa por motivos de trabajo, empuja de una manera o de otra a que cada vez tengamos menos tiempo de pensar en nuestra vida personal. Eso conduce a que la gente no esté igual de preparada para tener hijos.

De toda esta situación surge la pregunta de cómo ha de organizarse y prepararse una sociedad para afrontar este asunto. En este entorno surge un elemento como lo son las residencias de ancianos, que suponen una alternativa de lo más idónea para familias que cuentan con una persona anciana que no puede valerse por sí misma y que no pueden dedicar buena parte de su tiempo a ella a causa del trabajo. Y no, apostar por ingresar a uno de nuestros ancianos en una residencia no es sinónimo de abandono… a no ser de que así actúe su familia.

Unas residencias operan mejor y otras lo hacen peor. Pero de lo que no cabe duda es de la utilidad que tienen estas figuras para la sociedad española en los tiempos que corren. Para muchas familias es la única solución para que sus componentes más veteranos encuentre una comodidad y una atención que de otra manera serían bastante complicadas de cumplir. De hecho, muchas de las personas que ingresan en este tipo de lugares manifiestan haber mejorado en lo que respecta a su calidad de vida tras el ya citado ingreso.

La pirámide de población invertida que caracteriza la radiografía de la edad de los españoles hace que sea inevitable que existan todo tipo de residencias para ancianos. La descompensación entre la cantidad de gente que supera los 65 años y la gente que baja de 18 es tal que, según nos han indicado los profesionales de Sanvital, una residencia de ancianos situada en la Comunidad de Madrid, el número de personas que se han interesado en sus servicios se va multiplicando cada año. Y es que este servicio es ya uno de los más demandados de toda España.

Una situación preocupante

Es evidente que el hecho de que haya muchas personas mayores en nuestra sociedad no quiere decir que el problema o el enemigo de esa sociedad sean precisamente las personas más veteranas. Pero sí que es imprescindible que analicemos la situación a fin de que podamos revertir las estadísticas. ¿Qué futuro nos espera de esta manera? Según un artículo publicado en el diario El Mundo, en 2017 la cifra de mayores de 65 años en España registró un máximo histórico, llegando a la más que notable cifra de 8’6 millones de personas.

Volviendo al tema de las residencias y enlazando con lo que acabamos de decir en el párrafo anterior, un artículo del diario ABC informaba de que, en la última década, se ha triplicado el número de personas que vive en una residencia de ancianos. En total, ya son más de 270.000 personas las que se encuentran en una situación así. Una situación que, como hemos dicho, no es negativa pero sí que pone de manifiesto que la española es una sociedad envejecida.

Es evidente que la sociedad española se encuentra cada día ante la realidad de que son más y más las personas que superan los 65 años. Es evidente también que eso supone un problema en materia de pensiones y todo lo que está relacionado con las jubilaciones. España tiene que tener un plan de actuación en este sentido y de momento estamos expuestos a un peligro que cada vez es más grande. Pero no por todo ello hay que descuidar la salud de nuestros mayores. Se han ganado el derecho a una vida digna y ofrecerles todo tipo de comodidades es nuestra obligación.

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