Métodos para aprender inglés

Saber inglés ya no es una opción. En la actualidad hay que tener conocimiento de este idioma y si es posible, algún otro, para poder estar actualizado. El inglés se ha convertido en el idioma que mueve el mundo, algo que ya vaticinábamos hace décadas. Finalmente, con la globalización por bandera, la mejor manera de mantenerse al día, es conociendo este idioma, pues todo lo que se escapa a nuestras fronteras, o procede de lugares más allá de las mismas, se comunica en inglés. Desde las instrucciones de cualquier aparato hasta los ingredientes de un producto alimentario, cuenta con su apartado en inglés, proceda de donde proceda. Aunque el castellano cuenta con millones de hispanohablantes a lo largo y ancho del globo, el inglés nos sigue llevando ventaja y toca seguir aprendiendo.

Academias especializadas en este idioma como Brays, procuran que sus alumnos aprendan el idioma de la manera más natural posible, pues consideran que un idioma no se fuerza, se aprende de forma gradual y natural. Ciertamente, así debería ser. Del mismo modo que aprendemos nuestra lengua materna a un ritmo propio y sin mucha contemplación en la colocación de las palabras, los segundos idiomas, deberían aprenderse igual. Primero vocabulario, mucho vocabulario y después, ya ordenamos esas palabras de mano de la gramática. Aprender gramática sin conocer el vocabulario suficiente, de poco nos va a servir. Si no hay palabras, no hay manera de colocarlas. Poner nombre a cada tipo de palabras, es lo siguiente para poder armar las frases con la corrección necesaria. Pero ¿Cómo se puede aprender inglés de primeras sin prestar atención a lo que se nos ha enseñado antes? Esta pregunta se dirige a los que poseen conocimientos básicos y por tanto, tienen un ligero batiburrillo en su cabeza entre el listening, el writting y ese desorden gramatical que posee el inglés en comparación con el castellano.

Ojalá bastará con hacer un reset y empezar de cero. Ojalá, fuera suficiente con escuchar hablar a los ingleses para aprender su idioma. Ojalá, aunque nos guste el inglés, no fuera necesario aprenderlo porque no existiera nada más que un idioma universal. Pero no es así y toca aprender inglés antes o después y si, o sí. Por suerte, podemos encontrar unas cuantas metodologías diferentes para probar cual nos encaja mejor y nos permite aprender este magnífico idioma con mayor rapidez.

Eficacia probada… para algunos

Si no existe un idioma universal, ¿por qué iba a existir un método universal para aprender idiomas? Evidentemente no existe. Puede haber unificación de criterios pero nada más. Cada uno, aprende a su ritmo, a su manera y en función de sus capacidades e interés. Por lo tanto, no existe el método perfecto para todos, solo el método adecuado para cada uno. De ahí que haya métodos muy eficaces para algunos y métodos eficaces para otros, sin que se trate de los mismos métodos.

Según los expertos en la materia (enseñando inglés, obviamente), existe cientos de métodos aplicables para dominar idiomas. No vamos a negar esa evidencia. De hecho, la mayor complejidad de la elección de un método u otro, reside en tanta diversidad. Puesto que, como ya hemos dicho, cada uno posee su propio ritmo de aprendizaje, lo mejor es buscar ese método que se adapte como un guante a las capacidades personales de cada uno.

Aprender un idioma, como cualquier otra cosa a decir verdad, es siempre un desafío. Cada lenguaje cuenta con sus propias reglas gramaticales que, generalmente difieren mucho con las del idioma materno, algo que choca en nuestras mentes y nos crea cierta confusión. Sin embargo, por difícil que resulte creerlo, o porque te lo hayan hecho creer así, la gramática no es suficiente para dominar un idioma. Ni siquiera es la base de la que partir para aprenderlo.

Volviendo a la manera natural en la que aprendemos el idioma desde la cuna, no empezamos por la gramática. Empezamos por aprender palabras. Palabras sueltas, sin orden ni concierto. Mediante ellas nos hacemos entender y las aprendemos a base de escuchar, escuchar y repetir, escuchar y repetir, escuchar y repetir… Aun sin saber su significado, las repetimos. Mucho más adelante, cuando ya sabemos hablar y conocemos las palabras, armamos las frases de forma natural y lógica según lo que hemos escuchado, aprendido y repetido como loros, empezamos a estudiar gramática. Entonces aparece el caos: sujetos, verbos, predicados, artículos, conjunciones… todo eso que ya utilizas correctamente, resulta que tiene nombre, forma y función. Poco a poco, todo eso que te van enseñando cobra sentido y aprendes la gramática que te permite hablar y escribir con corrección.

Para aprender otro idioma, debería ser así. Empezar por esas habilidades básicas que se deben manejar para que el aprendizaje, sea consistente. Es fácil gracias a las tecnologías encontrar muchos recursos en internet que te ayudarán en ese aprendizaje. Juegos, textos o temarios didácticos son las herramientas que están demostrando ser más eficaces para aprender idiomas. Dejando la gramática pura a un lado, armar frases y comprender palabras es la mejor manera de iniciarse en el inglés.

Algunos métodos sencillos y prácticos

No vamos a negar que la mejor manera de afianzar los conocimientos adquiridos y aprender con corrección un idioma como el inglés, es acudir a una academia o irse a aprender al extranjero. Sin embargo con los métodos de los que vamos a hablar, se puede aprender el idioma de manera satisfactoria (según los que los han utilizado) aunque no te den una titulación de bilingüe.

Uno de esos métodos, consiste en aprender a través de juegos y dinámicas entretenidas que hacen que se aprenda el idioma de manera rápida y divertida. Existen plataformas online que enseñan el idioma partiendo de la premisa de enseñar a construir frases desde el primer momento. Gracias a estas plataformas, se aprender términos y vocabulario que se utilizan de forma cotidiana y se aplican en todas las áreas del idioma. Se trata de un método bastante simple, divido en lecciones que abarcan temas cotidianos como ir a la compra, acceder al transporte público, el mundo laboral o los viajes. Permiten poner en práctica los conocimientos adquiridos dentro de sus cursos autodidactas y suelen contar con profesores nativos.

Una vez que se domina el vocabulario, llega el momento de aprender la gramática que facilita la formación de las oraciones de manera correcta. Esta metodología dispone de un sistema de juegos y dinámicas que enseñan la gramática sin que te des cuenta, haciendo que el proceso de aprendizaje sea más divertido y permita memorizar, tanto palabras como frases o estructuras gramaticales de forma sencilla.

Para hacerlo más interesante, este tipo de metodología, aumenta su dificultad en cada lección, lo que permite al estudiante ampliar sus conocimientos y avanzar con cada tema aprendido.

Otro método para aprender inglés, uno de los más conocidos y que se ha ganado el título de mejor metodología para el aprendizaje de idiomas es el método de Schechter, cuyo creador baso su metodología en como los niños, dominan los idiomas en poco tiempo.

Partiendo de ahí, los estudiantes, deben encontrarse en un espacio agradable donde no existan distracciones y todo sea limpio y positivo. Este método, carece de exámenes y se basa en que los estudiantes hablen y expresen sus ideas en inglés, utilizando las palabras que conoce en dicho idioma. Será un profesor quien se encargue de ayudar a los alumnos a ampliar su vocabulario y les corrija los errores. Este método se aplica en grupos en los que se habla de temas de interés general, haciéndolo cada uno a su manera.

Lo peor de ese método es que se aplica en grupos y no permite el aprendizaje individualizado. Sin embargo, es el complemento ideal de cualquier otro método ya que permite mejorar las habilidades de speaking.

Uno de los métodos con mayor popularidad es el que invita a adentrarse en la cultura anglosajona y aprender el idioma a través de sus series, libros, películas y música. Sin duda, este método, siempre ha existido puesto que la mayoría de nosotros hemos escuchado música en inglés y ejercido de traductores mediocres para entender sus letras. Sin duda, se trata de un método bastante eficaz con el que puedes aprender inglés sin mucho esfuerzo.

Leer libros en inglés permite ampliar el vocabulario y quedarse con las estructuras gramaticales sin tener que pensar mucho en ello. Ver películas, ayuda a entender conceptos, coger el tono y la pronunciación, ampliar el vocabulario y esforzarse por entender la película invita a comprender lo que están hablando.

También puedes aprender inglés con el método de repetición que, como su nombre indica, consiste en repetir y repetir hasta que te entre en la cabeza, o lo que es lo mismo, te lo aprendas.

Son muchas las formas y metodologías que podemos probar para aprender inglés. Algunas nos pueden resultar más fáciles y amenas, otras mas tediosas y complejas. Lo que sí está más que claro es que si tienes interés por aprender a hablar inglés, las opciones posibles son tantas que difícilmente, no encontrarás la que se adapte a ti. Basta con querer aprender y ponerse manos a la obra.

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