No sé si recuperaremos la normalidad, o la nueva normalidad como algunos lo llaman, este mismo verano, y es que la realidad es que el Covid19 ha trastocado toda nuestra vida, desde la economía hasta nuestro modo de hacer las cosas. Por eso, cuando hablamos de moda, es como si, por un lado, fuésemos algo frívolos, y por otro, como si estuviésemos forzando la situación para intentar recuperar lo que teníamos antes, aunque todos sabemos que será diferente.
Para empezar, debemos tener muy claro que el uso de las mascarillas va a ser algo más habitual que esporádico y eso significa que vamos a tener que ir acostumbrándonos a lucirlas todos los días para ir a comprar el pan o para pasear con nuestros hijos por zonas concurridas. De hecho, aún no tengo muy claro cómo se va a hacer el tema de poder ir a la playa, aunque ese es otro tema.
El caso es que ese uso de mascarillas ya ha provocado que sean muchos los fabricantes que han puesto a la venta mascarillas “de moda”, es decir, con dibujos o colores para combinar con nuestra ropa. Esto es algo que también trae debate porque según las autoridades sanitarias, las mejores mascarillas son la de un solo uso y no las de tela de algodón por lo que no sé hasta qué punto están recomendadas estas mascarillas “de moda” aunque entiendo que, si van a ser una prenda habitual para toda la población a partir de ahora es normal que se quiera adaptar a nuestra sociedad en cierto modo.
En Internet, he visto de todo, mascarillas infantiles con dinosaurios, mascarillas de mil colores, mascarillas iguales para tu hijo y tú e incluso mascarillas a juego con los zapatos. Hemos hablado con la tienda online Serendipia Shoes y nos aseguran que son conocedoras de que algunas tiendas con fabricación propia están ofertando calzado veraniego con mascarillas de algodón con tonos que combinan, o son iguales, al de los zapatos. No obstante, aunque respetan todas las ideas, creen que su especialidad es el calzado, y dejan el tema de las mascarillas a empresas de fabricación de útiles y enseres sanitarios, algo que desde este blog aplaudimos.
Y es que por mucha falta que haya de mascarillas, o por muchas ganas que tengamos de arreglarnos ahora que por fin podemos salir a la calle, lo más importante ha de ser siempre la salud, y eso implica que compremos mascarillas certificadas siempre que nos sea posible, por muy bonitas o elegantes que puedan ser otras de fabricación de textiles reutilizables.
También hemos podido hablar con Catalinos, distribuidor de ropa de mujer al por mayor, y no tienen ninguna intención de distribuir mascarillas de algodón y no entiende cómo hay distribuidores que se están sumando a esta iniciativa pues, también entiende, que esto debe ser fabricado por empresas biosanitarias. También nos cuentan que aunque han estado mucho tiempo parados por varios motivos de sobra conocidos, creen que ahora todo volverá activarse. Y es que la sociedad quiere salir, arreglarse, colgar la bata y el pijama en la percha para ponerse sus mejores galas y salir a la calle y eso, en teoría, debería implicar la compra de ropa en muchos casos, aunque tal y como están las cosas es posible que todo vaya más lento de lo que nos gustaría.
Hay que tener en cuenta que la ropa que nos podamos comprar en una tienda es posible que se la haya probado otra persona anteriormente y la duda viene cuando pensamos en que esa persona pudiera estar infectada. ¿Es posible que nos contagiemos de coronavirus si nos ponemos la ropa que anteriormente se ha probado otra persona? ¿Cómo podemos actuar al respecto? Todo esto puede provocar que haya gente que, con pies de plomo, prefiera no comprar ropa este verano y eso, lógicamente, afectaría tanto a la tienda en sí como al mayorista que le lleva la ropa a dicha tienda.
Las bodas
Y si de moda hablamos, no puedo evitar pensar en las bodas porque este verano me da a mí que van a haber muchas. Por un lado tendremos las que ya estaban programadas para agosto o septiembre, meses en los que ya se debería haber vuelto a la normalidad total, y por otro lado tenemos las que no se han celebrado y estaban programadas para mazo, abril, mayo e incluso junio y que se retrasarán hasta el otoño. Es decir, que bodas van a haber muchas pero ¿cómo irán los invitados? Y digo los invitados porque doy por sentado que la novia, y el novio, tendrán “pase” ese día para no llevar mascarilla.
En Joana Diestre, las tiendas de la diseñadora de moda nupcial, creen que los invitados llevarán las típicas mascarillas sanitarias de usar y tirar para utilizarlas en espacios cerrados, como la iglesia o el juzgado, pero no si la boda se celebra al aire libre, aunque todo dependerá de los digan las autoridades sanitarias y del propio espacio de celebraciones.
Así pues, me temo que a partir de ahora la mascarilla va a ser un complemento más de nuestro look y, de hecho, no debemos olvidarnos de ella. ¿Estamos todos concienciados?