El estilo rústico en decoración está en auge, la calidez que aporta al hogar y su carácter relajado hacen que este estilo decorativo esté hoy muy presente en la decoración, tanto en casas de campo como en viviendas de ciudad. Y entre todos los elementos singulares que caracterizan a este estilo, uno de los más bellos y emblemáticos son las vigas.
Las vigas proporcionan un encanto, un efecto de autenticidad añadido y un valor decorativo a potenciar en cualquier construcción, por lo que pueden plantearse dos situaciones:
- Que se trate de una rehabilitación. En este caso el primer paso será examinar el estado en que se encuentran las vigas. Se deberá comprobar si presentan patologías o si han quedado afectadas en su resistencia por humedades u hongos o por plagas de insectos que se nutren de la madera, como carcoma o polilla de la madera, termitas, etc. En el mercado existen empresas especializadas en valorar y revisar el entramado viga por viga, para decidir y determinar cuáles de ellas pueden ser recuperadas y cuáles habrá que sustituir. Las vigas recuperables se deberán someter a un tratamiento preventivo que asegure su buen estado y solidez, mientras que las nuevas piezas que vayan a sustituir a las deterioradas vigas deberán tener una forma y acabado similar a las sustituidas para no crear una fractura en el estilo.
- Que la vivienda a decorar sea nueva, de reciente edificación. En este caso las posibilidades y opciones, al no tener que respetar el entramado original, son múltiples y muy variadas, tanto en forma o aspecto como en acabado. Por ejemplo, podemos elegir entre:
-Vigas de tronco redondo. Proporcionan un estilo más rústico, suelen presentar una longitud de entre 3 y 6 metros.
-Vigas de sección rectangular. Proporcionan un estilo rústico más moderno, con aristas vivas. Suelen presentar una longitud de entre 4 y 10 metros.
-Viguetas. Son piezas de menor sección y longitud que las vigas, con unos 5 m. como máximo de longitud.
¿Vigas al natural o pintadas?
No hay una decisión mejor que otra, todo depende del gusto del propietario y el estilo que se le quiera dar a la vivienda, siempre considerándola como un proyecto único junto con puertas, ventanas, suelos… y no como una cubierta aislada con respecto al conjunto de la casa. Una vez aclarado este principio, las vigas pueden presentar un acabado
– Al natural o de madera vista. Es la opción más rústica, pero también la más pesada visual y estéticamente. Su fuerte presencia y gran protagonismo puede condicionar el resto del mobiliario, por la dificultad de combinar diferentes maderas. En casas de montaña suele ser muy habitual colocar losetas de barro entre las vigas, así como combinar los tonos de la madera con colores cálidos en las paredes o incluso colores muy vivos como azul añil, verde ácido, granate, ocre, etc. tal y como nos cuenta Sergio Nisticò, quien está acostumbrado a diseñar los interiores de algunas de las casas más fotografiables que nos encontramos actualmente y es que una decoración bien hecha es más que una obra de arte.
– Vigas pintadas. Proporcionan una atmósfera mucho más relajada, suave y homogénea. Si el acabado es de color claro la luz rebotará más y se ganará luminosidad y claridad. En estancias con paredes también blancas su efecto es muy armonioso y actual. Además, se trata de una opción más neutra que puede servir para camuflar posibles reparaciones en vigas deterioradas.
Claves para conseguir un dormitorio relajante
Varios son los factores que propician la consecución de un dormitorio tranquilo y relajado:
- La ubicación del dormitorio es fundamental, lo ideal es que su situación esté en una zona tranquila de la casa, lo más alejado posible de la cocina, el salón y la fachada principal de la vivienda o la calle.
- El uso de colores. La elección de colores claros o pastel (blancos, cremas, beiges, tostados, azules), tanto en paredes como en los textiles producen luminosidad, calma, serenidad, amplitud e invitan al descanso.
- La iluminación. Procuraremos mantener una iluminación general eficiente pero suave, con bombillas que aporten una luz cálida. Es importante contar con puntos de luz junto a la cama para leer, procurando que no deslumbren, para ello no deben estar colocadas ni demasiado altas ni ser muy intensas.
- Decoración. Intenta no sobrecargar la habitación con demasiados muebles ni con piezas muy voluminosas, ya que pueden producir una sensación de agobio. Aporta calidez con complementos y textiles de fibras naturales como algodón, lino…