Enoturismo en Alicante, una excelente opción vacacional

Es el momento de pensar en una escapada, o en unas vacaciones, buscar el sol y el mar, la belleza del paisaje, las salinas, lagunas, playas blancas, palmerales, entornos de la naturaleza, y por qué no, tal vez este año más que nunca has de buscar y encontrar otras posibilidades que no te habías planteado para tus vacaciones. Entre la amplísima oferta que ofrece Alicante y su provincia, quizás no habías valorado la alternativa de visitar unas bodegas, pero es la elección que complementa perfectamente unas vacaciones en un país con tan variadas y magníficas bodegas, vinos procedentes de todas las tierras y de todos los soles que maduran uvas diferentes y muy apreciadas. El Mediterráneo produce unos vinos de calidad superior que tienen reconocimiento internacional, y en Alicante se sitúan algunas de sus bodegas más premiadas.

En un momento excelente de expansión del mercado del vino español, muchas bodegas sacan variedades únicas, exportan, aplican la  investigación y desarrollo a la mejora de las denominaciones de origen. Si te gusta el mundo del vino, realizar enoturismo con visitas gastronómicas y enológicas, que incluyen catas de vinos, maridajes, clases de cata, todo ello dirigido por expertos sumillers de prestigio será un recurso vacacional diferente y muy gratificante.

Cursos de cata, conocer el vino

Están de moda, y hacer un curso de cata te puede dar una visión mucho más amplia sobre el mundo del vino, con técnicas para distinguir los principales vinos españoles en sus diferentes categorías: Crianza, Generosos, Rosados, Tintos Jóvenes, Blancos, Reserva y Gran Reserva, Dulces, Espumosos.

Además de las salidas profesionales que sin duda ayudan a conseguir, los cursos de cata te proporcionan conocimientos sobre cómo distinguir los diferentes tipos de vino, y poder interpretar los etiquetados. Se imparten conocimientos sobre aspectos relacionados con el cultivo de la vid, su ciclo de vida, sus variedades. Podrás familiarizarte con las diferentes crianzas y sus particularidades, y por supuesto, la cata y maridaje de vinos.

Los matices que puede ofrecer el vino son múltiples y están en continua evolución, el tiempo cuenta, y no es lo mismo probar un vino en el momento de abrir la botella que dejándolo reposar un rato en la copa, ni tomar una copa a media mañana que tomarla durante un almuerzo, seguro que los matices y aromas, pueden variar. La perspectiva que nos ofrece el vino a la hora de disfrutarlo es infinita, puesto que los matices de un mismo vino son enormes, y la variedad de vinos y de tipos de vinos en el mercado es amplísima. En los cursos de cata o en las visitas de catas te darán las pautas para distinguir los vinos en función de sus aspectos visuales, gustativos, olfativos. No es necesario llegar a ser un experto, es sencillamente saber disfrutar de todas las variedades del vino.

Un curso de cata es una oportunidad de gozar de la vida, de dejarnos llevar. Un catador no profesional  debe saber que para poder apreciar las sensaciones que le produce el vino debe hallarse en un lugar bien aireado, carente de olores, con buena iluminación, a unos 22ºC y con humedad relativa del 60%. Los participantes podrán descubrir sus propias capacidades sensoriales en cinco fases: Visual, olfativa, gustativa, retronasal y de apreciación y memorización.

El curso de cata ofrecerá también unos conocimientos teóricos a los participantes, se les explicará sobre la historia de la bodega concreta, las variedades y los tipos de vino que produce. Esta visita a la bodega ya predispone para el momento de participar en la sala de catas, donde el enólogo te guiará a través de los colores para que puedas reconocer los taninos y matices de los rojos de las uvas ya convertidas en vino, esto en la fase visual. Se podrá aprender a diferenciar conceptos cromáticos como granates, añiles, rubí o teja. Y con el olfato podrás identificar si se trata de un vino joven o un reserva, cuando se dominen las sutilezas de los matices y la memoria olfativa te permita distinguir maderas, frutas, flores, minerales. Nuestras papilas gustativas se verán estimuladas por los sabores y texturas de los vinos, aprendiendo a distinguir “el cuerpo” del vino, cuando se muestra en paladar.

Unas bodegas para visitar en Alicante

La ruta enológica en el Mediterráneo se llama Bodegas Bocopa, donde podrás adentrarte en el universo vitivinícola del Levante  y conocer dónde y de qué manera se fermentan unos vinos tranquilos y espumosos de calidad, visitando la impresionante cava con más de 1000 barricas de roble, saboreando los vinos que produce esta importante bodega. Puedes planificar una visita turística, enológica, o gastronómica. La visita enológica incluye proyección de vídeo de cultivos y elaboración de vinos, y un tour guiado por la bodega, más una cata de vinos de Alicante -8 de los mejores vinos- dirigida por un enólogo o sommelier, en aula de catas.  De una manera divertida y didáctica llegarás a distinguir visualmente si un vino es joven, o si se trata de un crianza, y te adentrarás en el universo de los aromas del vino, todo ello en un ambiente lúdico y divertido. Es una experiencia única y sorprendente, solo tienes que dejarte llevar.

Bodegas Bocopa, uno de los principales enclaves de la Ruta del Vino de Alicante, integra tradición y experiencia, cultura y profesionalidad, para dar forma a unos vinos de gran calidad y muy premiados, como es el vino fondillón, los blancos, rosados, espumosos, vinos ecológicos, y un magnífico y sabroso vino tinto procedente de uva seleccionada.

 

 

 

 

 

 

 

Las mejores copas para los mejores vinos

Una copa para vino debe ser de cristal liso, transparente, incoloro, que no tenga labrados, ni colores, ni arabescos. El cristal ideal para copas de vino será de un grosor de un milímetro, por lo que hay que extremar el cuidado para su limpieza y maniplación, pero cuando se trata de catar excelentes caldos, usar copas frágiles y delicadas es lo apropiado, disfrutaremos absolutamente de las catas. El tallo y el pie debe poder cogerse con los dedos sin tocar el cuerpo –cáliz- compuesto de base o balón y cuello. Cristal liso y transparente que permitirá observar el vino claramente a través del cristal y al contraluz, su limpieza, filtrado, matices de color. El cáliz en forma de bola nos permitirá apreciar los aromas del vino, evitando su rápida evaporación.

 

¿Te gusta este artículo?

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir LinkedIn
Compartir en Pinterest