Valencia es la tercera ciudad más grande de España. Ofrece una amplia oferta cultural y de ocio para el visitante. Te presentamos 4 planes o actividades que puedes realizar si vistas la ciudad del Turia.
Al visitante de Valencia le sorprende la luz. Blanca, radiante. Es como si te vieras de pronto inmerso dentro de un cuadro de Sorolla. Una ciudad de amplias avenidas, por las que la luz discurre libremente, contagiando energía. Una luz inspiradora que te da ganas de tomar acción. Te hace sentirte vivo.
Valencia es costera, pero no es precisamente la playa lo que más llama la atención de la ciudad. El buen tiempo que hace durante todo el tiempo te invita a caminar. Atravesar un parque y detenerte mirando las flores o a buscar una terraza en la que tomarte un café, mientras ojeas la prensa del día.
Es una ciudad profundamente mediterránea. Como tal, todo en ella es un canto a los sentidos. Un disfrute de las cosas buenas de la vida. Pasear en bicicleta por la ciudad, una larga charla con los amigos, comer y beber en buena compañía.
En Valencia las cosas quieren ir con tranquilidad, pero no pueden. Hay muchas cosas por hacer y muy poco tiempo para hacerlas. Estas son cuatro, de las muchas actividades que puedes hacer en Valencia.
Visitar la ciudad de las Artes y las Ciencias.
La web de turismo Visit Valencia afirma que la “Ciutat de las Arts y les Ciencies” es una visita imprescindible si vas a la capital del País Valenciano. Se trata de un complejo de ocio de divulgación científica y cultural que abarca poco más de dos kilómetros del antiguo cauce del río Turia. Un conjunto de edificios diseñados por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava y que representan el lado más moderno y vanguardista de Valencia.
La Ciudad de las Artes y Las Ciencias está dividida en varios monumentos que se pueden visitar de manera conjunta o por separado. Si te decides a conocerla, más o menos en profundidad, debes saber que la actividad te puede ocupar, sin problemas, uno o dos días. Estos son los edificios y ambientes de los que se compone:
- El Oceanografic.
En el extremo este del complejo se encuentra esta instalación acuática en la que se recrean 7 ambientes marinos diferentes, albergando un total de 45.000 ejemplares de 500 especies de animales diferentes. El visitante atraviesa un túnel subterráneo desde el cual puede observar a través de los cristales a los animales que habitan cada acuario. A los turistas les llaman la atención, sobre todo, las belugas, los tiburones y los leones marinos. Se trata de uno de los mejores acuarios de España.
- El Hemisferic.
Es un gran cine digital en el 3D. Con una apariencia exterior que nos recuerda en cierto modo al planetario de Madrid. En su interior se encuentra una gran pantalla cóncava de 900 metros, que crea una sensación envolvente al espectador. Cada día se proyectan en la sala varias películas, la mayoría de ellas documentales, con una duración aproximada de 45 minutos.
- Museo de las Ciencias.
Se trata de un museo de divulgación científica interactivo. Un concepto diferente de mostrar la ciencia al gran público. Su lema es “Prohibido no tocar”. A lo largo del año se van programando diferentes exposiciones, que se basan en gran medida en la reproducción de experimentos científicos en los que participa el visitante.
- Palau de las Arts.
Este magnífico auditorio nos recuerda el casco de un soldado troyano de la antigua Grecia. Para diseñarlo, Calatrava se inspiró en el Teatro de la Ópera de Sídney. Con frecuencia se programan en él representaciones de ópera, zarzuela y ballet; aunque se puede visitar sin restricciones si no se representa ninguna función.
- El Umbracle.
Es un gran paseo en altura; es decir, construido por encima del nivel del suelo y sujetado con columnas, en el que a través de un largo pasillo, cubierto por una pérgola metálica abovedada, recorres un jardín botánico de especies mediterráneas. Su acceso es libre y gratuito. En verano tiene abierta una terraza en la que te puedes tomar una copa a la luz de la luna, rodeado de vegetación.
- El Ágora.
El Ágora es el edificio vanguardista donde tiene ubicada la Fundación CaixaForum, su sede en Valencia. Dentro del edificio se programan exposiciones culturales y científicas, así como ciclos de conferencias y espectáculos diversos.
Recorrer la Albufera.
La Albufera valenciana es la laguna de agua salada más grande de Europa. Una explosión de naturaleza. Con una extensión de 21.120 hectáreas, bordea 13 municipios y 4 comarcas valencianas: Ribera Alta, Ribera Baja, Horta Sud y Ciudad de Valencia.
Se encuentra a solo 10 kilómetros al sur de la ciudad y llega hasta el término municipal de Cullera, a 38 kilómetros de distancia. Aparte de ser punto de parada y cría para las aves migratorias que se desplazan entre África y Europa, y de contar con un ecosistema natural propio, la Albufera ha sido un foco de desarrollo económico y social de la provincia. Un elemento que ha marcado la historia y la idiosincrasia de Valencia.
En la albufera se desarrolla desde mediados del siglo XIX el cultivo del arroz. Llegándose a convertir Valencia en el primer productor de arroz de España y en uno de los más importantes de Europa. Destacando tanto por la cantidad de su producción como en la calidad del producto.
La Albufera fue un canal de comunicaciones. Salpicada de ramales y canales acuáticos, entre juncos y cañaverales, teje un entramado de vías navegables que comunican unos pueblos con otros y que, en otros tiempos, fue utilizada para transportar mercancías por buena parte de la provincia.
Algunos valencianos opinan que la mejor forma de conocer la Albufera es recorrerla en barco. Amparo, una vecina de Benimaclet, comenta que en una ocasión participó en una excursión organizada por El Bessó, una empresa de la zona que realiza visitas guiadas a bordo de una embarcación tradicional por el interior de la Albufera. Nos cuenta que aquella experiencia le proporcionó una perspectiva diferente de la laguna.
Visitar el Bioparc.
A 4 kilómetros de distancia de la ciudad, en dirección a Mislata, se encuentra este parque de animales en libertad. Una recreación de los ecosistemas más representativos del continente africano en la ciudad de Valencia. Un proyecto, que a además de permitir la observación de la vida salvaje, se ha hecho con la intención de proteger algunas especies en peligro de extinción.
Dice la web de turismo de la Comunidad Valenciana que visitar el Bioparc es entrar en la casa de los animales. Una experiencia que se efectúa con total seguridad tanto para los animales como para las personas.
En una superficie de 100.000 metros cuadrados se reproducen 4 paisajes bioclimáticos diferentes: la sabana seca, la sabana húmeda, la selva tropical y Madagascar.
A través de un camino diseñado que recorre el parque, el visitante puede observar desde miradores el comportamiento natural de leones, cebras, jirafas o elefantes. Un planteamiento diametralmente opuesto al de los zoos tradicionales. En los que los animales salvajes viven encerrados en jaulas o en pequeños recintos cerrados.
Un plan perfecto para realizarlo con tus hijos. Los niños se sienten fascinados por los animales y esta actividad será una experiencia que no olvidarán.
El Bioparc se puede recorrer andando en poco más de dos horas. Sin embargo, Freddy, un padre de un niño de 6 años que vive en el barrio de Ruzafa de Valencia, nos indica que es mejor hacerlo sin prisas. Esto significa que te puedes tirar en el Bioparc casi todo el día. De esta forma puedes participar en actividades e, incluso, interactuar con los cuidadores del centro.
Visitar el Barrio del Carmen.
Entre las torres de Quart y Serrano, pegado al antiguo cauce del río, se encuentra este barrio milenario que creció entre dos murallas, la árabe, levantada en el siglo XI, y la cristiana, construida en el siglo XIV. Un barrio popular que durante siglos albergó a la población morisca de la ciudad.
En el barrio puedes visitar varios museos como el I.V.A.M. (el Instituto Valenciano de Arte Moderno) o la Casa Museo de José Benlliure, pintor de finales del siglo XIX, amigo personal de Sorolla. Lo mejor de todo es perderse callejeando por sus intrincadas calles y dejarse embargar por el espíritu bohemio y popular del barrio.
Al menos, desde los años 80, El Carmen es el centro neurálgico del ocio nocturno en Valencia. Un barrio del estilo de Malasaña en Madrid o la zona de las Tascas en Murcia. En otros tiempos estaba salpicado de pubs. En la actualidad, en cualquiera de sus plazas te puedes encontrar tranquilas terrazas en las que tomar una copa a mitad de la tarde, restaurantes diversos en los que cenar y locales de diferentes ambientes en los que tomar algo hasta bien entrada la noche.
El Carmen tiene dos caras. Una de noche y otra de día. Cualquiera de las dos te sorprende.
Desde luego, Valencia tiene mucho que ofrecer. En tu próxima escapada no dudes en visitarla.